Actualmente, las tarifas de los fletes marítimos desde Ecuador fluctúan entre los US$4.200 y los US$4.500, el doble que hace dos años atrás.
A nivel global ya se manifiestan muchos efectos internacionales ante el alza de los costos de transporte marítimos. En el sector de las importaciones de flores esta alza no ha sido indiferente. Se hizo más notoria en la época de pandemia, la que empujó los valores y hoy se podría decir que una tarifa normal de un flete marítimo es el doble de lo que era hace dos años.
“Las alzas llegaron a ser, en algún minuto, tres o cuatro veces más de lo que estamos acostumbrados a pagar, incluso cinco veces más, durante la pandemia. Actualmente se estabilizó, pero a un valor que es casi el doble de lo que nosotros estábamos acostumbrados a pagar. Esta alza se justifica por un aumento de los fletes marítimos y por un alza de los agentes de carga (el origen). Pero esto va afectando a la industria, porque los costos ya no son los mismos a los estábamos acostumbrados acá en Chile, y por eso los valores de las flores se fueron a las nubes en algún minuto. Hoy ya se estabilizó, pero sigue estando en un punto muy alto”, indicó el Gerente General EcoFlorGroup Chile, Daniel Greene.
Algunas posibles causas de esta situación son que los barcos están siendo utilizados casi a plena capacidad y los contenedores siguen siendo escasos. La congestión de los puertos y la menor productividad de las terminales y depósitos interiores también han originado problemas de flujo. Esto último ha prolongado los tiempos de procesamiento en los puertos, dificultando el retorno de los contenedores a Asia y generando retrasos a lo largo de toda la cadena de transporte marítimo en el mundo. En resumen, estas alzas de precio se deben básicamente a que no hay unidades de contenedores a nivel mundial, que es un antecedente que las navieras han informado y que esperan solucionar el 2023.
La pandemia fue y ha sido protagonista de esta alta congestión, dejando unidades estancadas, por ejemplo, en Rusia y en distintas partes del mundo. Situación que provocó, y que aún sorteamos las consecuencias de ello, que, para el mercado chileno, las grandes navieras hayan privilegiados otras rutas, siendo la nuestra menos atractiva para el comercio de este sector. Asimismo, como no hay tanta oferta de unidades de contenedores, las navieras también han tenido el control y libertad en colocar los precios que estimen, aumentado el costo de todo el proceso.
“En mi caso, yo he conversado con muchas navieras para tener mayor posibilidad de unidades de contenedor, para poder sacar nuestras flores con mayor tranquilidad, pero la mayoría te cierran la puerta para armar algún tipo de contrato, ya que no están dispuestos hacer negocios nuevos, y solo están manteniendo los compromisos antiguos. Es súper complejo y no se ve una luz al final del camino”, comenta Daniel Greene.
Antes de la pandemia, un flete marítimo de carga y en contenedores refrigerados, se cotizaba, a una tarifa normal desde Ecuador entre US$1.800 y US$2.000, con contrato incluso podía acceder a US$1.500 – US$1.600. Traerlo de Colombia, en un flete normal, podía bordear los US$1.400- US$1.500, y uno atractivo alrededor de los US$900. Hoy este valor aumentó al doble, desde Ecuador fluctúa en US$4.200- US$4.500 y de Colombia entre US$3.000- US$3.500.
Pero, ¿cómo se materializa estás alzas en el mercado nacional? Lo concreto es que, con este escenario, hay flores que han dejado de llegar a Chile, debido a que definitivamente se han transformado en productos para nichos más pequeños o solo para los negocios que puedan costearlas. Por ejemplo, la Astromelia, flor icónica para el uso de cementerio, dejó de ser interés para quienes trabajan en este sector, y como consecuencia de su alto precio, solo se trae para floristería o florerías. Algo similar sucede con la gypsophila, flor que ya operaba en un margen muy ajustado, entonces a esta altura del año su valor se compara con la perenne (su par de la producción nacional), lo que se traduce a que no sea un buen negocio traerla.
El Gerente General EcoFlorGroup Chile, agrega que en cuanto a su situación como importador, “desde abril hasta junio, que hay mucha producción de flor nacional como crisantemos y otras, pero ya como importadores, nos cuesta muchísimo competir. La flor nacional siempre ha sido competencia en esta época, pero ahora más que competencia ha sido un desastre, porque tenemos los costos muy altos, estamos obligados a bajar los precios y se vende en este periodo alrededor un 15% o un 20% bajo el costo de la flor, es decir, en este periodo del año se deja afuera de cualquier tipo de competencia la importación. El resto del año, va a afectar más que nada a la industria en general, al consumidor final o las florerías, porque nosotros nos vemos obligados a subir los precios para poder tener el margen que estamos acostumbrados, o para tener algo de margen”.
El negocio de Daniel ha tenido la obligación de cambiar para seguir en el negocio. Cuenta que antes importaban Crisantemos y Rosas, pero las alzas lo empujaron a cambiar su concepto de marca, de tienda, de línea de negocio, ampliar los insumos florales y aumentar a 50 nuevas variables distintas de productos para importar, y así poder seguir con su negocio.
“Este escenario está estable dentro de su gravedad, no va a empeorar y se va a mantener, así como estamos. Mi reflexión es que todos los importadores vamos a tener que buscar la quinta pata al gato, hay cierto tipo de flor que, por la competencia que hay en Chile, ya con estos fletes dejan de ser negocio y va a haber que buscar otro tipo de flor. La Importación tiene sufrir un cambio en cuanto a la diversificación, no es muy probable mantenerse con un solo producto, como se hacía antes. Los importadores que no se reinventen hacia ofrecer un tipo servicio distinto a vender flores o distribuir flores, no creo que tengan mayor futuro. Si tú lo ves en el mercado, la mayoría de los importadores, y ya se ve en todas las tiendas, están importando mucha más variedad de flores y no se quedan en una sola”, concluyó Greene.
De acuerdo con el documento de la OCDE de mayo de este año, es probable que esta situación atípica persista durante algún tiempo, ya que no es probable que aparezca una capacidad de transporte marítimo adicional significativa hasta 2023.

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