FLOR DE ENTREVISTA

FLOR DE ENTREVISTA

Luis Andrade – El Florista

“Las flores son sinónimo de progreso”

Luis Andrade tiene 37 años, es venezolano y dueño de la florería online ElFlorista.cl. En Venezuela Luis estudió administración de empresas y a los 29 años, debido al contexto de su país, decidió viajar y construir su camino en Chile. De eso han pasado nueve años y hoy también forma parte de Floristas Chile, en el cargo de secretario de la asociación.  

Su padre le heredó un importante legado: el amor y respeto por las flores. Además, sus familiares en Venezuela son floristas y también fueron productores. En Chile está reviviendo la historia familiar y, adaptado a los tiempos digitales, es una réplica de lo que su padre levantó en esos años. 

 Cuestionario Floral 

¿A quién admiras en el mundo de las flores? 

A mi familia en Venezuela, ellos han estado involucrados en el negocio de las flores desde hace muchos años y han podido sortear la crisis política y económica de mi país. Eso es realmente admirable para mí.

¿Cómo quién le gustaría llegar a ser?

Existe una florería española llamada Colvin. Me gusta el modelo de negocios que han implementado. Redujeron la cadena de comercialización y sus despachos salen directamente desde las fincas productoras. Me gustaría poder hacer algo así de innovador en Chile.

¿Cómo te imaginas la industria de las flores en Chile en 10 años más

Espero que esté más profesionalizada, ojalá con más productores locales, mejor organizados y además con un consumidor que valore toda la cadena de producción de las flores naturales. 

De las películas o la literatura sobre las flores, ¿hay alguna que recomiende?

Me gusta “Color Me Floral” de Kiana Underwood (Tulipina). Es un libro maravilloso donde se muestra cómo combinar colores, texturas, distintos tipos de flores y follajes. Fue el primer libro de flores que compré. 

¿En qué momento es indispensable regalar flores? 

Definitivamente en un día no esperado, lo mejor es regalar flores cuando la persona no se lo espera. 

 Si no hubieras sido floristas, ¿qué crees que habrías sido?

Tal vez tendría una pizzería. He hecho cursos y me he especializado en esta área, es una de mis pasiones también. 

El lugar que más le gusta de Chile

Torres del Paine, el parque nacional es otra cosa…y también el norte, el desierto cada lugar tiene su encanto. 

¿La comida chilena o la venezolana? 

Venezolana, en la comida aún no se transa, seguimos cocinando cosas venezolanas. Me gustan las sopaipillas y el pastel de choclo, pero no son cosas que hagan en casa.

Tu flor favorita

Los claveles, son flores que mi padre cultivaba en Venezuela. Su aroma me recuerda cuando jugaba de niño en los cultivos y en mi casa, cuando preparaban los encargos.

Entrevista

¿Cómo decidiste venir a Chile?

Tuve un amigo que se vino, que me mencionó atributos sobre la ciudad, que era muy bonita, la cordillera nevada… y obviamente las cosas en Venezuela ya no estaban bien. En ese momento yo salía a comprar ciertas cosas básicas de mi casa; papel confort, pollo, carne y ya tenía que visitar tres a cuatro comercios para conseguir esas cosas. Muchas cosas empezaron a decaerse, las importaciones de autos, por ejemplo, como que todo iba en declive, y yo veía que si seguía allí no iba a poder prosperar.

¿Cómo fue tu adaptación en este nuevo país?

No la pasé mal, pero sí me costaba entender al chileno. Muchas palabras que yo no entendía, modismos, además yo trabajaba redactando posteos para las RRSS. Entonces cuando llegaba a mi casa, veía mucha televisión en las noches, leía noticias, empecé a involucrarme de lleno, incluso veía humoristas para cachar todo. Así lo hice para adaptarme viendo mucha televisión y preguntándole a mis amigos chilenos qué significa eso o lo otro. Eso también me ayudó para aprender a escribir en “chileno”. Hay palabras que se ocupan en Venezuela que no se ocupan acá, a pesar que significan lo mismo. Por ejemplo, yo no puedo decir pequeño, sino tengo que decir chico. Si alguien ve en RRSS que dice pequeño piensa que no lo escribió un chileno. Todo eso lo tuve que aprender. En el ámbito donde me desenvolví tuve muy buena recepción, no tuve ninguna mala experiencia

¿Cómo empezaste?

Yo sabía qué quería hacer, quería trabajar en el mundo digital y de RRSS. Comencé a contactar agencias, y finalmente conseguí una entrevista, y obtuve una práctica profesional. Me dieron la oportunidad de hacer una práctica por tres meses, y si me iba bien me quedaba, eso sí, esos meses no iba a recibir dinero, pero me arriesgué y me quedé trabajando en la agencia.

¿Cuál es la particularidad de El Florista?

Mi negocio hoy día es una florería online. Algunos proveedores con quienes trabajo hoy día, antes me miraban raro sobre lo que quería hacer. En esa época era un poco innovador.  Por ejemplo, no quería vender rosas rojas, entonces a cualquier persona que le consultes o que le comentes que vas a tener una florería, y no vas a vender rosas rojas, es como que esa persona está loca. Creamos un concepto de hacer arreglos más naturales, con una variedad de flores distinta y así comenzamos. Ningún ramo es igual a otro.

Nace @elflorista.cl

¿Cómo se comienza a gestar Elflorista.cl?

Siempre he sido emprendedor, siempre he tratado de tener mi propio negocio. Cuando llegué a Chile pasé 4 años en la agencia de publicidad. Y sabía que en algún momento tenía que crear algo, entonces me tomé unos días para ir al mercado de las flores en Santiago.  Sabía que si iba a ese lugar podía sacar alguna idea. Mi idea inicial era hacer un e-commerce, comprar los arreglos de flores hechos ya en el Terminal de Flores, pero noté que los locatarios no me pescaban, no tenía un catálogo formal de flores y no tenían una fotografía de los productos para mostrarla en internet Ahí me di cuenta que, si quería montar una florería online, tenía que aprender yo mismo hacer los arreglos, aprender un poco de fotografía, tener un concepto y crear mi propia florería con la elaboración del producto. Mi esposa, Andrea Comach, ha sido mi compañera fundamental en este camino. Ambos comenzamos a tomar cursos y talleres, viendo hartos talleres por Youtube, haciendo talleres por internet y cursos presenciales. Comenzamos a comprar flores, echando a perder, a regalarle flores a los vecinos, en definitiva, pasó de todo en ese proceso. Finalmente aprendimos el arte de la elaboración. Y ahí tomamos nuestras propias fotografías, monté el sitio web y comenzamos a vender.

¿Cuál es el sello de tu negocio?

Somos una florería innovadora, utilizamos flores fuera de lo común, hacemos combinaciones que son espectaculares y nos enfocamos en hacer diseño que involucre a la naturaleza, jugados, en diferentes alturas. Y actualmente estamos trabajando con flores secas, y estas han sido un boom en el mercado, ya que hemos abierto otro nicho que es la decoración, de casa, oficinas y hoteles, y estas flores son bien atractivas porque son naturales, ya que nosotros mismos hacemos el proceso de secado, de todo lo que tiene que ver con el proceso de tomar una flor fresca hasta que se seca. Es un producto biodegradable, no contamina, y es el sustituto perfecto para dejar de comprar flores de plástico. Es un buen atributo que tenemos en la florería.

¿Cómo está compuesto El Florista?

En elflorista.cl actualmente trabajan 10 personas, hay floristas, hay una ejecutiva de cuentas que atiende a publico final en la tienda online, ejecutiva de cuentas para empresas, otra persona que me ayuda con las compras, una persona externa que ve los despachos a domicilio. Llevo cinco años en este negocio, pero luego de dos años pude contratar la primera persona. Hasta ese minuto yo y mi señora llevábamos a pulso el negocio, hacíamos todos los despachos, la elaboración misma del arreglo, tomar pedidos de la web, todo. En ese momento estábamos en un departamento. En el tercer año pude arrendar un local en el terminal de flores.

¿Cuáles han sido las principales dificultades?

De las dificultades más grandes que hemos afrontado, por ejemplo, una de ellas el primer año, fue conocer toda la temporada de las flores, saber qué flor iba saliendo cada mes. Eso significa pasar un año entero viendo qué flores llegan al mercado, anotando las fechas, los colores. Una vez que pasamos ese año, conocimos el ciclo entero de las flores.  Otro momento fue para las semanas del estallido social. Fue bien complicado, porque ya teníamos una estructura de costos, que había que soportar, estuvimos tres o cuatro semanas con ventas muy bajas. En esas fechas hice una iniciativa: saqué las flores a la vereda donde teníamos el taller y las regalé, saqué una foto y mencioné que habíamos hecho esa acción. Ese fue el mejor posteo de nuestros Instagram. Y finalmente, la pandemia. Al comienzo fue muy difícil porque no sabíamos qué iba ocurrir, había muchas restricciones, los colaboradores no se podían movilizar, el terminal estaba cerrado, los floristas no tenían permiso para vender, fueron como dos o tres meses muy caóticos, pero después que esos temas se resolvieron pude comenzar a crecer mucho.

Después vino una explosión de ventas inmensas por internet porque el retail estaba cerrado y las tiendas online que había, se tardaban muchísimo en entregar sus envíos, con retrasos de semanas, y nosotros teníamos la posibilidad de despachar al día siguiente y ahí nos hicimos muy conocidos.

¿Cuáles serían los desafíos a futuro de El Florista?

El desafío de nuestra florería es poder seguir creciendo, tener un sistema que nos permita saber cuáles son las flores que van a ir llegando semana a semana, de una forma ordenada junto con los proveedores. Sistematizar toda la mecánica de trabajo. Como son industrias chicas, no hay un software o una plataforma diseñada exclusivamente para florerías, entonces me gustaría que en algún momento se pudieran crear esas tecnologías para poder crecer de manera más ordenada en nuestro negocio.

Infancia con olor a flores

La historia de vida de Luis tiene un fuerte componente hereditario en cuanto al trabajo de las flores. Su papá comienza a levantar el negocio de las flores junto a algunas de sus tías. Tenía un terreno cerca de la Cordillera de los Andes en Venezuela, con un clima templado todo el año, era un lugar propicio para que se dieran las flores. Su familia cultivaba rosas, alstroemerias, claveles, estatice y crisantemos.

¿Qué recuerdas de niño?

Recuerdo de niño los aromas de las flores, ver todo el trabajo que hay detrás y eso lo tengo muy presente siempre. El trabajo que se lleva en la tierra una vez que se cortan las flores, los problemas que tenía mi papá con el transporte de las flores… Recuerdo mucho las temporadas altas, el día de la secretaria, de las madres o de los enamorados, eran fechas donde había mucho trabajo en casa. Tengo muy marcado esa etapa de la niñez.

¿Qué sucede con el negocio de tu papá con la crisis en Venezuela?

En ese momento mi papá seguía vendiendo flores, pero comenzó una curva de caída y llegó al punto…esto fue en el 2013.  Entre 2015 y 2016 tuvo que cambiar el rubro a hortalizas. En el caso de mi padre, las plantas de rosas son importadas y son muy costosas, entonces a mi papá no le dio la oportunidad de volver a reinvertir en flores y tampoco se estaban vendiendo flores. En esa época el negocio de las flores en Venezuela por ese tiempo se acabó. Mi papá fue una persona que no estudió, que no sacó título universitario, sino que con las flores pudo sacar a su familia adelante, subimos unos escalones o sea pudimos tener autos nuevos, pudimos hacer cosas que otros vecinos no podían, entonces mi fe, como mi creencia, es que las flores son sinónimo de progreso. Para mí las flores significan progreso. Pero fue una gran tristeza, yo estaba en Chile, recibiendo estas noticias. 

¿Qué le pareció a tu padre que armaras tu negocio de las flores? 

Le gustó porque fue como un legado de él que yo continuara con esa tradición. Me dijo que si trabajas con flores te va a ir muy bien. También me aconsejó que me acompañara de personas bien creativas y que le guste la decoración y que una persona así en el trabajo te va ayudar mucho, te va a dar ideas, a ser más innovador.

¿El amor te siguió?

Antes de venirme a Chile yo pololeaba con Andrea. Ella llegó cinco meses después de que me vine a Chile. Comenzó a buscar trabajo por su parte, y yo ya tenía mi trabajo. En estos 9 años nos casamos, le pedí matrimonio en Puerto Varas, después vinieron algunos familiares a la ceremonia, que fue bien chiquita, porque no teníamos mucha familia que podía venir. En ese minuto no teníamos la florería, así que tuvimos que conseguir el ramo de novia por otro lado.

¿Volverías a tu país?

Volvería de visita, pero no creo que a vivir. 

La Asociación

¿Cómo llegas a Floristas Chile?

Un día me contacta Ana María, que tenía una idea, y me visitó en el taller. Ella llegó por medio de mi Instagram por la cantidad de seguidores (33.6 mil). Ahí me comentó la idea de hacer un congreso de floristas. Luego esa idea fue mutando a la de conformar una asociación gremial, que era lo que se necesita hacer. 

¿Qué es lo más difícil de invitar al rubro a ser parte de la Asociación?

A los más jóvenes le cuesta la idea de ser parte de la asociación, aunque tenemos fe de que siga creciendo.

¿Cómo proyectas a Floristas Chile?

Espero que la asociación, en el transcurso de los años, fomente las bases para que la industria sea más profesionalizada, que no haya tanta informalidad, por ejemplo, al momento de hacer nuestros pedidos los proveedores cumplan, que tengan ordenadas sus cosechas o su capacidad productiva. Actualmente este aspecto es informal.

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