La pasión de cultivar Peonías

La pasión de cultivar Peonías

La pasión detrás del cultivo de la Peonía

La peonía ha encontrado un importante nicho comercial en nuestro país. Muchos productores han comenzado a cultivar esta flor, y se han enamorado de su belleza haciendo de su trabajo una pasión. Los invito a recorrer tres historias de vida, relatos en primera persona de productores de peonías y cómo sus caminos se han encontrado con esta hermosa flor de primavera.

Tomás Schmidt, Top Flor

“Yo conocí la peonía hace 32 años atrás, un señor la trabajaba y estaba en el campo donde yo me encontraba en ese momento. Tenía una planta y yo la encontraba demasiado linda. Luego la estuve buscando por muchos años, era una peonía arbustiva, y nunca pude encontrar en un jardín plantas de peonías a la venta y siempre me quedó el bichito pegado hasta que empezó este boom en el sur, pero se decía que en mi zona no iba a funcionar, entonces ahí me volví a entusiasmar. Cuando planté acá con unas papas de muestra, funcionó y le empecé a agarrar el gusto de nuevo y me reencanté”

Así comienza la historia de Tomás Schmidt vinculada con la peonía. Fue Presidente de la Apef (Asociación de Productores y Exportadores de Flores), organizador de la feria APEFLORA en Quillota, que reunió durante 4 años al rubro florícola de Chile y de un sin número de proyectos relacionados a la modernización y transparencia del manejo de la flor de corte chilena e importada.

“Partí con el tema de las flores el 2008, con Crisantemos, sobre todo para el mercado nacional. Producía los 365 días del año, y lo dejé de hacer porque era demasiado costoso. El sistema de producción que tenía no podía competir con lo que llegaba de Colombia, ellos tienen un clima parejito, al final mis flores no pagaban totalmente los costos. Después derivé en Lisiathius que todavía cultivo algo de eso y, finalmente, terminé en ranúnculos, que son para exportación en invierno y la peonía, que la vengo plantando desde el 2012”. Las primeras plantas de peonías que cultivó fueron “Coral Charm”.

Tomás está ubicado en la zona de Melipilla y cuenta que, “se da con bastante dificultad porque no tenemos horas-frio (que son las horas necesarias para que las peonias se den bien), pero ésta zona tiene la ventaja que sale temprano (significa que corta anticipadamente la flor), y al salir antes puedo obtener buenos precios en el mercado internacional. Esto se comporta igual que los frutales, por ejemplo, cuando tienes una cereza en una zona temprana tiene mejores precios que alguien que está en Rancagua, lo mismo pasa con la peonía, que tiene la limitante que no se puede producir en cualquier lugar, tiene que tener cierta cantidad de horas de frío en invierno que se van acumulando para que el cultivo emerja con fuerza en primavera”.

Antes de partir con las flores, trabajaba en Ariztía, en un trabajo muy estresante, según él mismo declara, y el 2008 sufrió un cáncer. “El rubro de las flores siempre me gustó, de toda la vida”.

Cuando empezó el interés por esta flor en Chile, Tomás cuenta que los primeros ensayos fueron entre el 2003-2004. Partió en la zona de Osorno y Punta Arenas. En un momento no resultó mucho, porque los productores tenían la misma variedad y no estaba resultando bien. Pero luego, al retomar el interés de cultivar, empezaron a salir otras zonas de cultivo y se empezó a plantar más hacia el norte. “En ese minuto lo más al norte cuando comencé yo era Rancagua, yo de verdad hice una apuesta de plantar acá en mi zona y se dio bien, algunas variedades, hay otras que no funcionan definitivamente”.

Tomás se dedica al cultivo de Peonías desde el 2012 que plantó las primeras flores. El mercado que trabaja es Estados Unidos y Europa. “La recepción es muy buena, como salgo a principios de octubre con las primeras variedades, finales de septiembre y principio de octubre estoy entrando a exportar y tiene muy buena receptividad, porque en esta fecha prácticamente no hay peonías, somos los primeros que salimos del hemisferio sur. En el mercado internacional también está muy valorada la peonía, si no es la reina de las flores, es una de las más importantes”.

La producción es un poco más sencilla de lo que es de invernadero, pero tiene el problema que el rizoma (la papa) es muy caro, por eso no todo el mundo se mete a producir, tienes que tener mucha cantidad de dinero para poder producir una hectárea, es decir, la barrera de entrada es muy alta. 

La peonía, con el correr de los años, se está convirtiendo en un producto nacional de exportación, En Latinoamérica, Chile es el principal productor, porque otros países tienen la desventaja que no tienen horas frío y que tienen climas más tropicales, por lo tanto, no la pueden producir. Entonces, la ventaja comparativa que tiene Chile es su clima. Y ojalá se siga manteniendo eso durante un tiempo para que podamos tener un reconocimiento a nivel mundial como un gran productor de peonías. La peonía es una flor muy bonita y muy atractiva, grande, y tiene la ventaja o desventaja que solamente sale una vez al año, eso mismo hace que la gente la espere con ganas.

Chile, que está a contra estación con Europa y Estados Unidos, tiene un potencial de crecimiento gigantesco con el mercado mundial. Esto ha hecho que hoy día, incluso haya productores frutícolas interesado en plantar peonías. Chile exporta alrededor de 6 millones de varas aproximadamente a Estados Unidos, y algo a Europa, sin embargo, aún es poco en comparación a Países Bajos, que exporta 50 millones de varas solo a dos cadenas de supermercados de tamaño mediano a Estados Unidos.  Por eso, el potencial que tiene Chile como productor de peonías es enorme.

El único inconveniente que tiene la Peonía es la parte logística para poder abrir otros mercados, porque se podría llegar a medio oriente, pero tendrían que ser vuelos directos, porque no se puede romper la cadena de frío, no puede pasar que a la flor la bajen en un aeropuerto y la dejen en la loza y la vuelvan a subir a un avión, ahí se pierde. Cuando viajan en avión, van a una temperatura de 3 a 4 grados.

El mercado nacional al que se destina las peonías son florerías, matrimonios, arreglos de novias, y la temporada es tan corta, que la Peonía no necesita mucho marketing. “Cuando estoy a punto de empezar a cosechar, ya tengo vendido bastante, pero como mi fuerte es la exportación veo los dos canales abiertos: mercado interno y mercado de afuera”. Tomás destina el 80% para afuera y el 20% para el mercado nacional.

Una peonía puede durar en una casa, en promedio, diez días, aunque hay variedades que duran una semana. Con ola de calor no dura más de una semana, pero depende del grado de apertura de la flor, porque si se compra media abierta no va a durar nada. Para que dure más hay que tener cuidados mínimos, cambiarle el agua día por medio y cortarle un poco el tallo la parte inferior. También, hay personas que le echan una cucharadita de azúcar.

“El mundo de las flores, es una pasión, de la que realmente me costaría salir. No es un negocio como el de la fruta, la flor es un negocio muy entretenido. Entregarle un ramo a alguien tiene sentimientos, no tiene solo valor comercial. Como decía un amigo mío: “la flor es un estado emocional”. Yo podría producir cualquier tipo de flor y me emocionaría. “El que sabe hacer flores es capaz de hacer lo que se le ponga por delante”.

María Olga Prieto, productora de Peonías y dueña de Peoniascl

“Comenzamos cuando mi marido jubiló, que toda la vida ha estado relacionado a los terrones y a la tierra, y cuando dijo qué voy hacer, ahí decidimos emprender con algo. Quería hacer algo con flores de exportación, entonces buscando y viendo qué productos se exportaban, encontramos las peonías y mi marido que es agrónomo, se metió a un curso de la Universidad de Chile de Floricultura, y ahí se introdujo más en el tema y se dio cuenta del mundo que existía detrás de esta flor”. 

María Olga comenta que de niña en la casa de su abuelo había una planta de peonías rosadas, y eso era lo único que conocía sobre las peonías hasta antes de comenzar con este negocio.

María Olga y Hugo, su marido, llevan trabajando en las peonías alrededor de cinco años y están ubicados en la localidad de Puangue, en Melipilla. “Esta flor lo que busca es el frío del invierno porque el rizoma necesita horas de frío, pero hay especies que necesitan más horas frío que otras, por eso con la exportadora se hizo un trabajo previo y se analizó qué especies se adaptaban mejor al clima donde nosotros pensábamos ponerlas, y ahí se eligieron a las especies que necesitaban menos frío en invierno. Estas plantas se trajeron de Países Bajos”.

“La peonía es muy espectacular como flor. Entonces, nos dimos cuenta que aquí en Chile no tenemos la cultura de la flor, pero en Estado Unidos y en Europa, regalar una flor, o llegar con una flor a la casa de alguien que nos invita o mandar una flor, es parte de la cultura. Aquí en Chile el consumo per cápita de estas flores, en general, es nada. Nos dimos cuenta que la flores en Chile están orientadas a los cementerios, pero las peonías no, ésta flor está asociada a la vida”.

María Olga comenta que, “en las peonías, el cultivo es intensivo, necesitaba poquito espacio, nosotros no somos dueños de tierra, sino que arrendamos unas hectáreas en una parcela, es un cultivo que no necesitan grandes extensiones, porque es muy intensivo, es muy técnico, requiere mucho cuidado. En resumen, tener tres hectáreas de peonías es una industria muy grande”.

Ellos destinan la producción que trabajan a los Estado Unidos. “Cuando comenzamos no pensamos en el boom que se iba a convertir hoy en día. La elección fue más bien que fuera una flor de exportación porque el mercado chileno es pequeño y tan reducido al fin de uso de la flor”

Finalmente ella resume su vínculo con la peonía y el hecho de ser testigo de cómo crece. “Conocer todo el proceso y verlas crecer, me produce una satisfacción gigante, porque los dos somos jubilados, entonces haber podido emprender a la edad nuestra y tener resultados, y que estos son buenos, que la flor es preciosa, entonces es increíble. Y como esta empresa es familiar, mi marido Hugo, los hijos y los yernos, además de todo es un tema familiar maravilloso, están todos preocupados, todos pendientes de cuando salieron y florecieron”.

Mario Celys, Gerente Sociedad Agricola Alta Gracia Ltda

Mario es ingeniero agrónomo de profesión, con una especialización en floricultura de la Universidad Nacional de Colombia. 

“Para serte honesto, cuando estaba en la universidad me cargaban las flores, no las soportaba porque el nivel de estrés es muy grande en las empresas de productores de flores de exportación. Entonces en la universidad veíamos el nivel de estrés del día de la madre o san Valentín, yo nunca lo vi como una opción, pero laboralmente fue en el campo donde me desarrollé, me especialicé en floricultura y por eso tuve la oportunidad, y el ministerio de Agricultura de Chile me consideró para venir hacer una asesoría de seis meses. Esto fue hace más de 25 años, el año 1999. Yo sólo venía por ese tiempo”.

Desde esa fecha hasta la actualidad, Mario se ha desarrollado en cultivo, asesorando, investigando, enseñando, vendiendo, importando y exportando, siempre ligado a la industria de las flores. En las peonías lleva cinco años.

“He ido desarrollando mi pasión por las flores, me encantan, y es de lo único que sé. Mi mayor experiencia ha sido en flores como lilium, claveles, alstroemerias, crisantemos, pero hace muchos años atrás se hablaba de las peonías, y para serte honesto, no le veía ninguna razón a esto de darle importancia al cultivo y exportación de peonías. En algún minuto se había pensado en una estrategia que planteaba que Chile compitiera como productor de flores tradicionales con Colombia y Ecuador. Chile no podía competir con ese tipo de flores, se encontró en los tulipanes en su momento, pero cuando aparecieron las peonías fue la verdadera oportunidad y con ventajas competitivas para Chile”. 

En ese proceso de posicionar esta flor, Mario viaja una vez al año a Países Bajos y fue en uno de los viajes que cuenta que “les planteé a los holandeses muy tangencialmente que en Chile yo sabía que había productores de peonías y que podíamos traer algo. Al siguiente año fueron unas productoras de Curicó. En general, los holandeses son muy abiertos a mostrar la industria y lo que se está haciendo. Entonces empezamos a trabajar con ellos, el primer año trajimos 300 cajas de rizomas y año tras año hemos crecido bastante, considerablemente para lo que partimos, y ahí me enamoré totalmente de la peonia”.

“La peonía es una flor extremadamente elegante, que compite en elegancia con la rosa colombiana o con la rosa ecuatoriana, he visto incluso en Holanda de un aumento considerable de demanda. Además, es una flor que no pueden ser producida en los principales centros de producción de flores, que son Ecuador, Colombia, Kenia, Etiopía, entre otros. Porque necesita acumuladores de frío. Entonces eso le permite a Chile competir, de hecho, el mayor productor de peonías del hemisferio sur era Nueva Zelanda y en estos momentos Chile lo reemplazó. Además, el modelo de comercialización que se está utilizando en Chile es muy interesante porque son bróker o compradores que además comercializan, eso permiten que tengan producciones desde Ovalle hasta Punta Arenas, haciendo que Chile sea el único país del mundo que tenga una ventana tan amplia de oferta de peonías desde mediados de septiembre hasta mediados de abril, ahí hay mucho por hacer”.

Mario hace una interesante descripción sobre quiénes están hoy detrás del cultivo de peonías. “El perfil de productor de peonía es un productor que tiene mucha experiencia como exportador de vino o fruta, entonces están aplicando todo el conocimiento y experiencia que tienen, ahí encontramos un nicho de mercado muy interesante donde nos interesa especializarnos principalmente y exclusivamente en el abastecimiento de material de propagación e insumos para que le productor produzca las mejores peonías del mundo”.

Asimismo, relata cómo fue para él, el minuto en que descubre que la peonía era su futuro. “Nosotros nos dedicamos principalmente a la importación de materiales de propagación, y estaba en un momento de búsqueda de algo nuevo, porque el tema de los bulbos de lilium ya se había vuelto demasiado mecánico y rutinario, entonces buscando algo diferente. Yo personalmente, por la trayectoria que tenía, sin ánimo de presumir, pensaba que ya lo había visto todo y que no iba a descubrir el hilo negro, y de repente me encuentro que no, que todavía quedaba campo de acción en una parte que podíamos ser pioneros. Esto es lo más apasionante, que nadie todavía tiene la última palabra, todavía hay mucho por hacer. Ese encuentro y descubrimiento con la peonía fue maravilloso”.

“La peonía llegó para quedarse, pero no podemos dormirnos en los laureles, creo que debemos hacer actividades de promoción. No me cabe la menor duda que tenemos una tarea pendiente. El mundo del vino está muy relacionado con la elegancia, con el buen vivir, con los sibaritas, si tratamos de hacer un maridaje entre las peonías y el mundo del vino, de ir insertándonos en ese ambiente, comenzaría una serie de actividades relacionadas con el consumo de flores. Lo que necesitamos es que los que trabajamos las peonías nos tenemos que unir, que los productores nos comuniquemos para ver de qué manera se enfrentan los problemas fitosanitarios y tantos otros temas, entonces tiene que haber un agente de aduana idóneo que entienda las características que tiene la flor, para que en el momento que reciba la flor haga los trámites que corresponda y que tenemos que andar de la mano con el SAG, en la medida que entendamos toda la cadena de valor”.

El 17 de noviembre recién pasado se inauguró la apertura del jardín de variedades de peonías 2022 con el apoyo de Liceo Agrónomo SNA Educa San José de Duao, región del Maule. El objetivo de esta actividad fue promocionar nuevas variedades de peonías. “Una hectárea de peonía puede costar entre 100 a 400 millones de pesos dependiendo la variedad, entonces lógicamente una persona que toma la decisión de invertir en peonía no puede elegir las variedades basado en un folleto o en un catálogo, cuya información fue obtenida en Países Bajos. Por eso tomamos la decisión e hicimos una inversión importante para tener este jardín de variedades en el Liceo Agrícola, que nos permite cumplir con una doble función social en el sentido de que hay estudiantes que terminan cuarto medio, pero al menos ya tienen algo de experiencia o están familiarizados con el cultivo de la peonía, y por otro lado entrega información de primera mano sobre el comportamiento de esas variedades en Chile. Ahí tenemos 35 variedades distintas y convocamos a toda la industria, exportadores, comercializadores de insumos y a los productores, fue la primera vez en la historia que se sientan en la mesa todos”. 

Mario llegó a Chile en 1999, hizo su vida acá, tiene esposa e hijos chilenos. Cuenta que “es muy difícil que me devuelva para Colombia, mi negocio es chileno”. De no querer trabajar con flores, su destino lo llevó a trabajar con ellas, pero las peonías lo tienen enamorado y define así esta relación: “Cuando uno pone un ramo de peonías en un florero de ver una pelota dura y redonda, que va de a poco a poco exhibiendo toda su belleza, un salón lo llena con su aroma y lo llena con su belleza, esa es una experiencia visual maravillosa y que no lo logran otras especies. Tiene una especie de metamorfosis que a mí me encanta, el aroma también. Es una especie muy interesante, y en el campo también tiene muchos encantos. En otoño, cuando se empiezan a secar las ramas, después en invierno, que uno no ve absolutamente nada, y cuando viene la primavera vuelve a brotar. Es una cosa maravillosa, en ninguna otra flor he visto esa danza de la vida como lo tiene la peonía.

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